Colombia es uno de los
países del mundo que presenta los más altos niveles de ‘matoneo’, intimidación
escolar o ‘bullying’. Las cifras que manejamos en Colombia son más altas que los
promedios mundiales, son relativamente cercanas a los promedios
latinoamericanos, que a su vez son los más altos en comparación con las demás
zonas del mundo”
Se trata de un problema que
siempre ha existido y que sólo ahora, por lo menos en el país, comienza a
prender las alarmas en hogares y colegios. Las denuncias de las últimas semanas
sobre diversos casos, han encendido la hoguera.
Según Lina Saldarriaga,
psicóloga especialista en el tema, el problema se está haciendo cada vez más
evidente porque desde los mismos colegios, y en ocasiones en los hogares, se
están trabajando métodos que permiten detectarlo, prevenirlo y tratarlo con
mayor facilidad.
“El bullying no ha
aumentado, lo que pasa es que ahora hay instrumentos muy claros para medirlo.
Siempre ha existido la agresión, pero ha cambiado la manera en que nos estamos
acercando a ella y estamos entendiendo la importancia de mantener las
relaciones positivas”, manifiesta esta profesional en psicología del desarrollo
de la Universidad de Concordia (Canadá).
El problema va más allá del
eco que puedan generar los casos particulares que se han conocido por estos días
en los medios de comunicación. Un reciente estudio de la Universidad de los
Andes indica que en Colombia 1 de cada 5 estudiantes ha sido víctimas del
llamado ‘bullying’.
Con estas cifras, es
importante resaltar que el ‘matoneo escolar’ no se queda en la agresión
constante de un estudiante ‘dominante’ sobre otro ‘dominado’, sino que genera
secuelas en los implicados y en quienes están cerca.
Enrique Chaux, especialista
e investigador de la Universidad de los Andes, explica que aunque no es común
que la intimidación escolar lleve a extremos fatales como el suicidio, ésta
problemática sí deriva de manera frecuente en desórdenes graves como depresión,
ansiedad, inseguridad, actos de venganza violenta, bajo rendimiento académico y
deserción escolar de las víctimas.
Agrega el académico que la
problemática del ‘matoneo’ en las aulas no sólo afecta a la víctima del abuso,
sino también al agresor, quien corre el riesgo de desarrollar aún más sus
actitudes violentas e incluso una trayectoria criminal.
Añade Chaux que se trata de
un asunto que afecta también al entorno académico y familiar de sus
protagonistas (víctimas y victimarios) por lo cual la primera estrategia para
detener ese tipo de violencia, es el trabajo conjunto con ese círculo cercano.
“El bullying es una
dinámica de grupo y solo se logra mejorar si se trabaja en grupo. Los cambios
más profundos ocurren cuando los que están alrededor reconocen que eso no está
bien y deciden frenarlo”, explica Chaux, líder del proyecto ‘Aulas en Paz’ que
trabaja sobre estas situaciones en colegios del país.
El ‘matoneo’ entre niñas es silencioso:
Lina Saldarriaga indica que si bien es preocupante
el hecho de que un niño ataque constantemente a otro, puede ser incluso más
delicado cuando esta agresión se presenta entre niñas, pues las características
especiales del género hacen que la intimidación sea más sutil y por lo tanto
más difícil de detectar y de tratar.
“La gente piensa que las niñas no se agreden, lo
que pasa es que entre niños es más visible y más físico. Los ataques se dan de
manera distinta en cada género y en las niñas esa agresión es sobretodo
relacional, es decir, a través del chisme, hablando a las espaldas de la
compañera que es víctima del abuso, excluyéndola del grupo de amigas”, expresa.
En ello coincide Enrique Chaux, quien precisa que
“con niñas este problema ocurre de manera encubierta y muchas veces los adultos
no notamos lo que está ocurriendo. Ellas lo hacen de manera soterrada y es muy
difícil identificarlo. Entre niñas la agresión puede ser igual de dolorosa que
la agresión física entre niños”.
Explica el investigador que son muchas las razones
por las cuales se presenta el Bullying entre las niñas y que muchos casos
inician con los celos o la envidia que puede sentir la una hacia la otra.
En el Bachillerato el abuso es mayor:
En el más reciente estudio de la Universidad de los Andes,
donde se evaluó la respuesta de cerca de 55 mil estudiantes en 589 municipios
del país, en las Pruebas Saber de los grados quinto y noveno, se encontró que
el 29% de los estudiantes de 5° y el 15% de 9° manifestaban haber sufrido algún
tipo de agresión física o verbal de parte de algún compañero.
Esta disminución, según Chaux, no significa una baja en las cifras de abuso gracias el paso de los años escolares. En el bachillerato, explica, la agresión se focaliza e intensifica en unos estudiantes específicos, pero es practicada por la misma cantidad de victimarios que en la primaria.
Esta disminución, según Chaux, no significa una baja en las cifras de abuso gracias el paso de los años escolares. En el bachillerato, explica, la agresión se focaliza e intensifica en unos estudiantes específicos, pero es practicada por la misma cantidad de victimarios que en la primaria.
Relata el investigador que en las instituciones públicas del
país la intimidación es más personal, de frente al estudiante; mientras que en
los colegios privados, donde más se presenta el fenómeno del bullying, las
agresiones son más frecuentes a través de las redes sociales (cyberbullying o
matoneo virtual).
Mauricio Cabrera, rector del colegio San Bonifacio de las
Lanzas, de Ibagué, cuenta que en su institución se dio, por ejemplo, el caso de
un estudiante de grado séptimo que publicó unos mensajes en Facebook a través
del celular de uno de sus compañeros, en los que decía que éste último era
homosexual. Mensajes que además promovían la intolerancia en contra de la
victima.
Respecto a la situación de su plantel, indica que de acuerdo
a un mapa sobre intimidadores e intimidados, de los 600 estudiantes de grado
transición a 11 en el San Bonifacio, apenas el 0,5 % hacen parte de la
población intimidada. Es decir, que de cada 200 estudiantes uno ha sido
agredido.
Finalmente Chaux resalta que “el bullying no se trata
solamente de un agresor y un agredido: implica a una comunidad. Todos los que
estamos alrededor somos copartícipes y al no hacer algo al respecto nos
convertimos también en agresores”.
Bibliografía: Colombia es uno de los países
con mayores cifras de 'matoneo' Jueves 15 de Marzo de 2012 - 06:31 PM
El matoneo escolar trasciende las aulas. Sábado 05 de Mayo de 2012
- 10:57 AM
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